De las calles a las galerías
El arte urbano de Keith Haring
“En ese momento se trataba realmente de divertirse, y no teníamos idea, y no creo que nadie en ese momento la tuviera, que lo que estábamos haciendo fuera a ser en alguna medida importante o influenciador o que fuera a afectar tanto nuestras vidas o las vidas de otras personas de la ciudad”
Comenzó en los años 80, un tiempo de prosperidad y nueva esperanza para el sueño americano. Una necesidad de cambio social se estaba gestando por jóvenes que dejaban su marca en las paredes de la ciudad. Nadie sabía más sobre dejar una marca que los artistas de grafitti en Nueva York. En medio de una sociedad compleja y sofisticada, el dibujo de caverna estaba teniendo una reaparición. ¿Eran anuncios públicos regados por la ciudad o símbolos de algún culto? no estaban impresos como publicidad, eran dibujos en tiza, alguien se había parado allí y los había dibujado. En medio del recorrido cotidiano en el metro, estaban esas imágenes que hicieron a toda la ciudad preguntarse de dónde venían estos dibujos.
El arte comenzaba a fugarse de las galerías mientras grandes expresiones creativas se tomaban las calles. A su vez Haring, el hombre detrás de los dibujos del metro, mostraba toda esa energía creativa en los alrededores cotidianos. A pesar de sus múltiples arrestos por daño público, sus imágenes siguieron apareciendo en todos los muros de la ciudad.
Haring nació en 1958 en Kutztown, Pennsylvania. Creció durante los años 60 en una familia de clase media, influenciado por Walt Disney y por su padre, un caricaturista amateur. Haring era muy pequeño para participar en los movimientos políticos de la década de los 60 pero ese espíritu se vio reflejado tiempo después en su trabajo. “La mayoría de las preocupaciones políticas y sociales vienen de mi experiencia de vida”. En 1978 se mudó a nueva york a estudiar pintura en la Escuela de Bellas Artes.
Lo que se considera vandalismo en las calles de Nueva York, comenzó a percibirse cada vez más como arte real, el aire revolucionario de los 60 se sentía en el aire, estos artistas del graffiti querían hacer que esta energía se sintiera nuevamente en los 80. Los jóvenes artistas tenían una vitalidad tremenda, un nuevo mensaje para transmitir, tenían un nuevo vocabulario para comunicar, por ampliar, por reproducir y por detallar.
La idea de comportarse como los viejos artistas no tenía lugar. Siguiendo los pasos de los artistas Pop de los años 60, quienes quebraban fronteras en el mundo del arte convencional. El arte no podía estar por más tiempo restringido por las blancas paredes de las galerías, las obras se hicieron en escalas demasiado grandes para ser contenidas. Por ejemplo, artistas como Christo con su trabajo Running Fence (valla corredora) que recorría 24 millas de la costa de California. Para Haring el impacto de esta obra reflejaba el deseo de Christo de juntar a la gente para crear arte público. Christo involucró a la gente en la creación de sus obras. Andy Warhol, el artista más polémico de la década, produjo masivamente su arte como un comentario de la creciente mecanización de la sociedad, usó las imágenes conocidas de la cultura popular para atraer a un público mayor en su revolución del arte Pop.
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En este sentido, Warhol fue el padre de una generación de artistas que rompen el “establishment” del arte. Haring, Basquiat entre otros, intentaron hacer imágenes que fueran accesibles y totalmente genéricas para ser aceptadas por cualquiera sin ninguna intervención crítica. Atacaron el elitismos que había dominado por tantas décadas al mundo del arte yendo directamente con imágenes que la gente podía entender inmediatamente.
Amor, tierra, guerra, son temas que tocan a todo el mundo. ¿Cómo imágenes tan sencillas pueden llegar a ser contestatarias? aquí podemos hablar sobre semiótica, la ciencia que estudia los diferentes sistemas de signos que permiten la comunicación entre individuos. Haring descubrió que las imágenes pueden funcionar como palabras. Él usa imágenes para crear un idioma, el significado de cada símbolo varía dependiendo de cómo se combina con otros símbolos. No solo se trataba de sacar pensamientos abstractos sino que trataba de guiar a la gente a ver determinadas cosas y empezar a lidiar con más asuntos sociales.
Su trabajo simple y audaz, reconocible fácilmente y fácil de reproducir, inevitablemente se popularizó. Los medios de comunicación jugaron un papel crucial en la vida profesional del artista, que entró al mundo del arte a través de los medios de comunicación. Para 1985 sus trabajos comenzaron a surgir alrededor de todo el mundo cruzando límites sociales y nacionales, sus trabajos se volvieron una voz pública para las generaciones más jóvenes.
Tras el paso por la galería Tony Shafrazi y el reconocimiento de Leo Castelli, el cual, por ese entonces “y desde siempre” dice, ha buscado trabajo de artistas jóvenes que den un aire nuevo en su galería, Haring adquiere un reconocimiento formal por parte del mundo del arte.
Gracias a su estilo propio y a la amistad con Warhol, Haring se inserta en el mundo comercial cuando le comisionaron la publicidad de Absolut Vodka. Esta y otras compañías hicieron que la obra de Haring llegara a una audiencia mayor. El atractivo masivo de sus imágenes lo alentaron a dar un paso más ambicioso al mundo comercial y en 1986 abrió una tienda por su cuenta “POP SHOP”. Gran parte de sus productos estaban disponibles para compradores de todo tipo y esto hizo que los críticos lo tildaran de “traicionero”.
Las imágenes del artista se habían vuelto parte del mundo y parte de una cultura universal. Su idea inicial se vuelve parte de una cultura de masas en vez de sólo dejarla en el mundo del arte. Escapar de allí, del cubo blanco, es de lo que estaba intentando escapar en primer lugar.
Uno de los logros fundamentales de un artista es cuando logra empujar los límites de lo que es considerado arte y que no. Keith Haring es más que un artista comercial, trasciende fronteras. Su obra sin haber sido planeada con anterioridad, tiene una influencia social y política que no solo hace crítica, sino que saca los mejores rasgos de la humanidad. Su intervención en el muro de Berlín, uno de los eventos mediáticos más exitosos de su carrera fue motivado por la simple idea de hacerlo, fue un gesto sobre lo que representa ese muro y no solo la idea de pintar una pared.
Haring rompe las barreras de lo que es considerado “alto” y “bajo” arte, al llevar su trabajo a un público más grande, llevó ese proceso incluso más lejos. El asunto más grande que nos atañe hoy por hoy probablemente es el conflicto que hay entre aquellos que prefieren el arte tradicional, chapado a la antigua, con la pequeña audiencia, en galerías serias y museos y el distrito de que Haring es prácticamente un líder queriendo expandir el arte en tiendas, en calles y en lugares más accesibles para la gente.
A pesar de su enorme éxito Haring siempre se mantuvo comprometido con la gente, la generosidad y la humildad al momento de comunicarse con el público hace parte de lo que un artista debe ser. El rol de un artista en la sociedad está dada por una suerte de antagonismo, especialmente en una sociedad conservadora o en una sociedad políticamente opresora como en la que cada vez más vivimos.
Keith Haring un artista solitario en el mundo del arte pero no para el resto del mundo, un terco optimista de la vida, del arte, de la gente, muere en 1990 dejando un legado que nos invita a hablar sobre aquellas cosas que van en contra de la vida, en contra de la gente. “Es una respuesta natural ver algo que está mal y querer decir o hacer algo al respecto”
Por: Laura Cifuentes. Bogotá, Colombia
